Por Sigifredo Soltero Alvídrez
“No olvidemos que en la contienda interna,
competimos contra compañeros de partido,
y en la contienda constitucional,
la competencia es entre compatriotas.”
Carlos Castillo Peraza.
QUERÉTARO, QRO., 3 de noviembre de 2016.- Se adelantó la contienda interna en el PAN. Bueno… se está adelantando en todos los partidos. La ley establece que el proceso electoral para la elección de Presidente de la República comienza hasta septiembre del año próximo, pero la competencia interna en el PAN se calentó desde ahora. El tener un Presidente de la República cuestionado y reprobado por la gran mayoría de los ciudadanos, provoca que los aspirantes a sucederlo comiencen desde ya su actividad.
Andrés Manuel López Obrador lleva más de 12 años en campaña, y ahora, como dueño absoluto de su partido, es el único que tiene la seguridad de que estará en la boleta en 2018. A menos, claro, que Dios diga otra cosa (o el destino, para los que no creen en Dios). En el PRI hay varios aspirantes, y el más visible parece ser el Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.
Dígase lo que se diga, el PAN es el Partido que puntea para reemplazar al PRI en la titularidad de la Presidencia de la República. Ciertamente, hay encuestas que señalan como delantero a López Obrador, pero aún esas encuestas incluyen un alto número de ciudadanos que no manifiestan su preferencia, o que no la han decidido. No se ve –por lo menos yo no lo veo- cómo un partido con tan pobre estructura como Morena, pueda aspirar seriamente a la Presidencia de la República. Con cero gubernaturas en su haber, muy pocos ayuntamientos importantes y una desorganización interna terrible, no se ve por dónde. No hay más: en el 2018 ganará el PAN.
Y ante la inminente posibilidad de acceder el poder, se desatan las pasiones, surgen los intereses y salen a relucir las mezquindades. Todo ello, parte de la condición humana. Ni modo: la política la hacen los seres humanos comunes y corrientes, no las hermanas de la caridad ni los ángeles celestiales.
Nunca el PAN había ganado tanto en tan poco tiempo como ahora, y eso irremediablemente hace que los ojos miren hacia el Presidente Nacional Ricardo Anaya y se le vean posibilidades de ser el candidato a la Presidencia de la República.
Yo no sé si antes de las elecciones de junio, Ricardo Anaya tenía o no planeado ser candidato, pero después de esas elecciones, cuando el PAN ganó 7 gubernaturas, quien lo colocó en la lista de aspirantes fue el público. Y a partir de ahí, los spots que hace como dirigente nacional del Partido, son vistos por sus adversarios internos como su publicidad como aspirante. Hace mucho que Margarita Zavala dijo que aspiraba a ser candidata a la Presidencia, y llegó a decir que lo sería, con el PAN o sin él, que si el PAN no la hacía su candidata, se iría como independiente. Extrañamente, después de las elecciones de junio, no volvió a hablar de la posibilidad de irse “por la libre”. Rafael Moreno Valle hace mucho que levantó la mano, y envía correspondencia a los militantes del PAN, hablando de sus logros en el gobierno de Puebla o felicitando a los cumpleañeros. El PAN tiene 3 aspirantes serios.
Y como las posibilidades del PAN son reales -yo diría que seguras, siempre que lleguemos unidos a la contienda-, se desatan las pasiones. Y quienes quieren que Margarita sea la candidata, le exigen públicamente a Ricardo que se defina, que si aspira a la candidatura, deje la dirigencia del Partido y se dedique a su campaña interna. Rafael Moreno Valle opina lo mismo. Pasan por alto, unos y otros, que el proceso electoral todavía no comienza, que están en puerta las elecciones –muy importantes- de gobernadores de los estados de México, Coahuila y Nayarit, y ayuntamientos en otros. Y que si Ricardo Anaya repite en el 2017 los éxitos del 2016, y el PAN logra ganar el Estado de México, el candidato o candidata panista –sea quien sea- estará ya a las puertas de Los Pinos. Nunca el PAN había tenido un Presidente Nacional tan exitoso, e increíblemente hay quienes quieren quitarlo del cargo. Pareciera que –mezquinamente- no quisieran que el Presidente del Partido se llevara el gran mérito de hacer ganar al PAN la gubernatura del Estado de México, tierra natal del actual Presidente de la República y estado con el padrón de electores más grande del país. Es obvio que un triunfo del PAN en esa gubernatura catapultaría a Ricardo Anaya a alturas superiores a la de Margarita o Rafael, y pareciera que eso es lo que ellos no quieren.
La condición humana de los seguidores de Margarita y de Rafael, les hace olvidar el principio de doctrina que habla de la preeminencia del interés general, por encima de los intereses personales o de grupo. Cuando ingresamos al Partido se nos habla del bien común: “Primero está el interés de México, después el interés del Partido, y finalmente el interés personal o de grupo”, se nos dice, y nos lo aprendemos de memoria. Y ahora vemos que para los seguidores de Margarita y de Rafael, primero está el interés de ellos y después el del Partido: Que Ricardo Anaya deje la dirigencia del Partido, porque a Margarita y a Rafael no les conviene que siga desempeñándose como Presidente y colgándose los méritos electorales. ¡Vaya cosa!
Y del otro principio de doctrina, el que habla del respeto a la dignidad de las personas, ya mejor ni hablamos. Margarita y Rafael se expresan respetuosamente acerca de Ricardo, pero algunos de sus seguidores utilizan palabras y expresiones que dan pena ajena y que no las usan ni el peje y sus “morenos”.
La condición humana hace que para los seguidores de Margarita y de Rafael, sean visibles las aspiraciones de Ricardo, que –dicen- son incompatibles con su condición de dirigente, pero no ven que Margarita y Rafael recorren el país en acciones de campaña, adelantándose a los tiempos legales y partidistas. Y esa ventaja que ellos toman, sus seguidores no la ven… o no la quieren ver. Ricardo nunca ha dicho que aspire a la candidatura, por lo tanto, sus adversarios se basan en apreciaciones para afirmar que Ricardo es un “aspirante”. En cambio, Margarita y Rafael ya dijeron públicamente que quieren la candidatura, por lo que en su caso hay la seguridad de que la buscan.
Yo estoy seguro de que en 2018 veremos a un panista en Los Pinos. Todo indica que así será. Lo único que necesitamos es llegar unidos a la contienda. Nuestro candidato o candidata a la presidencia, será Presidente de la República, llámese Margarita, Ricardo o Rafael.
No nos adelantemos. Primero lo primero. Antes del 2018 está el 2017. Antes de la Presidencia, hay que ganar la gubernatura del Estado de México. Dejemos a nuestro dirigente nacional que siga conduciendo el barco a buen puerto. Primero la A y luego la B. Démosle tiempo al tiempo.