Periodista se queja de abuso de poder y prepotencia de policías municipales

Carta abierta de perioidsta a autoridades sanjuanenses

Por Armando Guerra

San Juan del Rio,Qro., 10 de diciembre de 2015.- Tras hacer pública una carta dirigida al presidente municipal Guillermo Vega Guerrero, el periodista Juan Carlos Benítez denuncia actos de abuso de poder y prepotencia de parte de varios policías municipales al mando de Arturo Calvario los cuales no cumpliendo con los protocolos debidos para quien maneja un auto alcoholizado, remitieron a la cárcel al comunicador que venía de copiloto y que no era propietario del auto en el que se trasportaba, ni mucho menos conducía un auto de forma ebria, como intentan asegurar los oficiales en su informe de partes.

El abuso de poder se da cuando por la fuerza obligan al periodista a bajarse de un auto que no conduce y que mucho menos es de su propiedad, dizque para hacerle una revisión cuando este tipo de retenes son anticonstitucionales y que al no aceptar la orden de los “genizaros”, esposan al periodista y lo remiten a la municipal sin causa o razón alguna que demuestre que viola ley.

El juez por su parte sin ningún tabulador le señala al periodista que tendrá que pagar mil quinientos pesos de multa por “falta administrativa”, cuando lo detuvieron ni siquiera andaba en su auto y fueron los policías quienes los detuvieron a él y a su amigo abogado, por lo que ahora en su carta pide el “reembolso o la devolución” de su dinero que obligaron a pagar a uno de sus amigos que acudió en su ayuda.

“Me amedrentan para bajar del auto, precisándoles yo a los oficiales que constitucionalmente no tenía por qué hacerlo, ya que no había cometido yo ninguna falta. “Ahorita la Constitución somos nosotros”, me soltó uno de los elementos para, enseguida, proceder a esposarme y subirme a una de las patrullas” dice en su versión de los hechos el periodista de “El canto de los Grillos”.

El reportero se niega a creer que su detención se haya realizado por consigna y que “usted estaba al tanto de lo que sucedía. Señores secretarios, Fernando Ferrusca y Arturo Calvario, me niego a creer que los elementos tengan la instrucción de ingresar dinero a las arcas municipales de la manera que sea” dice textual “Presidente y secretarios, nunca he utilizado mi sagrado oficio de periodista como pasaporte de impunidad ni de prepotencia. Estoy plenamente convencido de que somos los primeros que debemos poner el ejemplo de respetar la ley. Pero asimismo, nadie debe ser discriminado por su oficio o profesión, y no había necesidad de decir que soy periodista”, por ello exige el periodista la devolución del importe pagado, ya que de su parte no hubo falta administrativa alguna y se le hace un atraco institucional.

AQUÍ, LA CARTA COMPLETA DEL COMPAÑERO PERIODISTA:

Guillermo Vega Guerrero, presidente municipal constitucional de San Juan del Río
Fernando Filemón Ferrusca Ortíz, secretario de Gobierno municipal
Arturo Calvario Ramírez, secretario de Seguridad Pública Municipal

Como es de muchos sabido, desde 2006, cada 15 días, los miércoles, su servidor acude a la comida de la Peña de Amigos de Casa Blanca de la cual formo parte, a la cual en algunas ocasiones ha acudido también el actual secretario de Gobierno municipal, Fernando Ferrusca Ortiz. Asimismo, es de pocos sabido, pero quienes realmente me conocen, lo saben: cuando asisto a dicha comida (donde obviamente hay bebida), nunca voy en mi auto, sino que lo hago en taxi o con alguno de los compañeros de dicha Peña. Y me retiro de la misma manera.
Esta fue la misma situación que aconteció este miércoles 9 de diciembre. Y repito, quienes realmente me conocen saben que la mentira nunca ha sido mi modo de vida en mi proceder personal.
Anoche, al salir de dicha reunión, nuestro compañero el licenciado Enrique Rocher Ugalde, amablemente se ofreció a llevarnos a nuestras respectivas viviendas al compañero Eduardo Solom Cervantes Andrade y su servidor. Y aunque yo vivo más cerca, Enrique me pidió que lo acompañara a dejar a Lalo, a efecto de que él no se regresara solo, a lo cual no tuve objeción.
Cuando salíamos de El Pedregoso, vimos que había patrullas en operativo arriba de Cinemas Henry, y obviamente, mi conductor Enrique Rocher optó por retornar porque, efectivamente, traía aliento alcohólico. Sin embargo, los elementos se percataron y nos detuvieron metros adelante. Hasta ahí todo bien.
El detalle es cuando a su servidor, copiloto, me exigen y me amedrentan para bajar del auto, precisándoles yo a los oficiales que constitucionalmente no tenía por qué hacerlo, ya que no había cometido yo ninguna falta. “Ahorita la Constitución somos nosotros”, me soltó uno de los elementos para, enseguida, proceder a esposarme y subirme a una de las camionetas y empezar a filmar y preguntarme a qué me dedico, diciéndoles que soy comerciante y ya. En tanto, mi conductor que, cierto, cometió una falta, al decir que es abogado, los oficiales tenían sólo alegatos con él. Y uno de ellos, estúpidamente me soltó que yo cometí un delito por ingerir bebidas en la vía pública, contestándole yo que, en primer lugar, ninguno de los dos venía tomando; y en segundo, si hubiera sido el caso, el auto es propiedad privada y la falta aplica para quien conduce.
Minutos después fuimos conducidos a la clínica de Rayón para que un médico, también altanero, diera fe de nuestro grado de alcoholización; yo, en todo momento esposado y mi compañero no, con seis elementos ‘cuidándonos’ seguramente por nuestra peligrosidad.
Debo decir que así como les di mi nombre verdadero, les pedí a los oficiales los suyos, y sólo dos dijeron llamarse Juan Carlos y Pedro (sin apellidos), siendo el primero déspota y prepotente, y el segundo, siempre un hombre correcto a quien le doy todo mi reconocimiento.
Después de ahí, mi compañero y yo fuimos trasladados a la cárcel municipal, donde exigí mi derecho constitucional de realizar una llamada. Obviamente, por la hora, varios a quienes les marqué no tenían su teléfono prendido y sólo alcancé a mandar un mensaje, ya que los seis elementos me rodearon para quitarme mi teléfono móvil.
Dos horas después salí gracias a que un amigo acudió y pagó la multa de mil 500 pesos por una ‘falta administrativa’ que nunca cometí.
Señor presidente, me niego a creer que el despliegue realizado fue por consigna y que usted estaba al tanto de lo que sucedía. Señores secretarios, Ferrusca y Calvario, me niego a creer que los elementos tengan la instrucción de ingresar dinero a las arcas municipales de la manera que sea.
Presidente y secretarios, nunca he utilizado mi sagrado oficio de periodista como pasaporte de impunidad ni de prepotencia. Estoy plenamente convencido de que somos los primeros que debemos poner el ejemplo de respetar la ley. Pero asimismo, nadie debe ser discriminado por su oficio o profesión, y no había necesidad de decir que soy periodista.
Presidente, secretarios, con todo respeto, exijo la devolución del importe pagado, ya que de mi parte no hubo falta administrativa alguna y se me hace un atraco institucional.
Exijo disculpas de parte de los oficiales, pero sobre todo de quien dijo llamarse Juan Carlos.
Y exijo que sea eliminado dicho incidente de los archivos del Juzgado Municipal, ya que, repito, no cometí falta alguna.
Sin más por el momento, quedo a sus órdenes.

Respetuosamente

Juan Carlos Benítez